domingo, 22 de enero de 2012

Fin de semana cultural en Lausanne


Bueno... como el cuerpo pide de todo, hace dos fines de semana tocó relax, reposo, calma y... ¿por qué no? nutrir el cerebro de contenidos que vayan más allá de las series, películas.... ¡Espera un momento!... no, eso de ver las series y demás forma parte del pasado, los capullos del FBI han cerrado Megaupload. El caso es... todos los que me conocéis y habéis hablado conmigo, que para mí Suiza era como mínimo la residencia oficial del demonio: no me gustaba la gente, no me gustaba la comida, el clima, el idioma, el precio de los productos, las ciudades-pueblo... Pero chicos, ha sido regresar con las reservas de pescaito a tope y... ¡leches! hasta veo suizos guapos.

El caso es que no había mucho plan en lo que a fiesta se refiere y tras la Fête Geek de la semana anterior, mi pobre cuerpo juvenil necesitaba un respiro. ¿Qué se puede hacer en Suiza? Planes que van del modo taciturno-aburrido a tranquilos los que quieras. Entre la opción de tranquilos estaba visitar algún museo, porque para taciturno me paseo por el borde de lago, ya comienzo a ponerle nombre a las piedras. ¡Uis! Me siento como el Abate Faria del Conde de Montecristo*1 poniéndole nombre a las piedras. Da repelús... porque a tengo una mente prodigiosa o quiere decir que mi vida social es una soberana mier....

La cuestión en ciernes era elegir la opción cultura... o sea, el museo. Pero... ¿cuál? Por fortuna si algo no falta en Suiza es la oferta cultura de tipo teatro, exposiciones, salones, jornadas de puertas abiertas... Pequeños inconvenientes: nunca están en Morges, pero si en Lausanne, Ginebra o Fribourg (que en tren me pilla relativamente cerca) Me decanté por visitar el Museo Cantonal de Bellas Artes de Lausanne*2 Me emperifollo (sé que suena mal pero para mentes mal pensadas-de la LOGSE o sistemas educativos posteriores viene a ser: arreglarse, maquearse...) y pongo mis piececillos en polvorosa dirección a la bella ciudad de Lausanne. Llego, un frío del caraj... correspondientes velillas que asoman a la nariz, labios cortadas y el consiguiente: "¡Coño que frío hace en este pueblo!" Pero mis ansias de saber eran más... eso y que no iba a tirar el dinero del tren que la voie7 no me cogía aún, una gana... pero l'argent*3 nunca está de más mirar por él.

Primera aventura del día: coger el metro en Lausanne. No es que sea como el de Nueva York, Londres o Madrid... pero está bien (para grandes redes ferroviarias ya tienen la CFF*4) Son dos líneas, la M1 de Este a Oeste y la M2 de Norte a Sur. La verdad que usar el metro ofrece no sólo ahorro de tiempo, si no de energías pues, Lausanne es una ciudad que está construida sobre colinas, es la versión directa de San Francisco en Europa. Todo cuestas, escaleras empinadas, desniveles... eso sí, con mucho encanto... pero cuando llevas tacones, se queda encantada su put.... ¡Oish! Cuánto taco viene a mi boca en este post... ¿Debería lavarme la boca con jabón?


El Museo es un edificio enorme de las características de una palacio (creo que lo es) presidido por una enorme plaza a la que pienso ir esta primavera o verano con un buen libro para poner a leer. Ésta es la parte trasera lo que se ve desde la Catedral.

Al entrar hallas a mano izquierda la billetteria, donde como todos habréis adivinado se compran las entradas. Ese día tuve suerte y estaban promocionando no sé qué cosa y por sólo 10CHF pude ver todas las exposiciones, salvo la exposición pictórica permanente. Disfrute de un paseo por la historia desde las Edades de Bronce, Hierro... el avance las tribus asentadas entorno a los lagos, hasta la llegada del cristianismo tras los romanos. Vi la exposición de fósiles y esqueletos de dinosaurios. Tiene una cabeza de T-Rex impresionante, cuernos de Mamuts, otro dinosaurio enorme cuyo nombre he olvidado, plantas fosilizadas, caracolas del Pleitoceno y el Jurásico... ¡Alucinante! También vi la exposición de animales disecados. Pero más que maravillarme ahí lo que consiguieron fue motivar la siguiente pregunta: ¿Quién es el capullo que no encuentra mayor divertimento que ir a cazar un ejemplar de otra especia sano para convertirlo en un cojín con forma de gato gigante? Casi todos eran piezas cazadas a principios del S.XX Había una pareja de Guepardos que... sinceramente me entraron ganas de llorar, cazados ambos en 1931, probablemente por algún ricachón aburrido que prefería disparar a ser vivos y con utilidad que a sus bolillas, cuya utilidad pongo en entredicho. Por suerte, ese patán está muerto y nadie lo ha disecado. También vi un Arce y me quedé alucinada, esa es la palabra de lo gigantescos que son. Si pensáis que es una versión algo más desarrollada de Bambi os equivocáis de cabo a rabo. Es... ¡GIGANTE! Más grande que un búfalo americano. Mide más de dos metros de alto y por lo menos tres, si no un poco más de largo. Increíble. Las girafas, son largas pero no tan inmensas como parecen en los documentales... Y un tigre. Otra vez ganas de llorar. Deberíais haber escuchado mi conversación interna con los felinos, no la reproduzco que si no os pensaréis que soy la loca de los gatos de Los Simpson's.

Cuando salí era las cinco de la tarde, aún había luz y había visto desde las ventanas del museo una iglesia gótica... Iglesia... si, la Catedral de Lausanne. Una obra de arte gótico que me dejo con la boca abierta.

Eso sí, sigo pensando que los protestantes pierden una cantidad de valor artístico porque dentro salvo las vidrieras, a las que una buena manita de agua caliente y jabón no les vendría mal, y el órgano, otro maravilla... no había nada más. Todo muy gótico, impresionante, magnífico, altísimo... pero la falta de obras pictóricas y demás... Será que estoy acostumbrada a las barrocas iglesias de mi Andalucía.


A resumidas cuentas me estuve paseando por esa zona, fotografiando el horizonte de Lausanne a la puesta del sol mientras mis manos se helaban. Descubrí varias cafeterías y patisserie muy al estilo francés, super cukis... y una tienda de dulces del que me traje una de las cosas más ricas que me he comido en mi vida. Era un nido de hojaldre relleno de crema de nata azucarada que.... sólo sé que tengo que regresar a por más. Una crêperie anotada en mis visitas pendientes, una tienda de sushi, nada caro la verdad. Y después toda la zona de tiendas desde Flon hasta la estación de tren.

A las 18:30 con mi café de Starbuck's en mano y mi ebook esperaba a que llegase mi tren para traerme de regreso a casa.

À tout 'a l'heure


*1 El Abate Faria compañero de penurias del afortunado Conde de Montecristo llevaba tantos años encerrado en su celda sin contacto con otro ser humano, salvo el gañán que le llevaba el rancho, que no sólo contó todas y cada unas de las piedras de su celda, si no que les puso nombre. Para quien no haya leído esa magnífica obra de Alejandro Dumas, la recomiendo mucho. Es larga, gigante, pero si somos capaces de leernos los Pilares de la Tierra. A parte, buena lectura nunca es demasiada.
*2 Musée Cantonale des Beaux Arts de Lausanne (es que si no pongo un gabachismo reviento)
*3 Dinero
*4 CFF es la compañía ferroviaría suiza... como nuestra RENFE

lunes, 9 de enero de 2012

Ars Amandi

Como dice el refranero popular: No hay mal que cien años dure. Y evidentemente, conmigo así ha sido.

Los primeros cuatro meses aquí puedo calificarlos de duros... muy duros. Asfixiantes si cabe. No importa que la familia sea un cielo que ya haya conseguido domar a las pequeñas tres fieras rubias que cuido o que me sepa defender con el idioma. Sinceramente hasta que no lo experimentas, no sabes lo duro que puede llegar a ser estar en un país extranjero. A mí lo que más me ha chocado de Suiza ha sido lo herméticas que son las personas... Es una misión imposible, a lo Tom Cruise, integrarse con los suizos, suizos... Ya me veía descolgándome desde lo alto de algún pico de estas montañas en plan Ethan Hunt, o corriendo desnuda por el borde del lago para despertar simpatías... pero entre mi escasa, por no decir nula experiencia de montañísmo y escalada, más el frío-baruji que corre por estas tierras, ni me decidí por lo del pico ni por la carrera nudista. Total... dudo que hubiera causado el efecto deseado.

Bromas a parte, lo más duro no es en sí el cambio de idioma, ambiente, horarios o incluso la plastosa rutina (un día es en un 99% un calco del anterior) sino el no poder salir, el que no tengan la misma costumbre de verse entre semana, de sociabilizar como lo hacemos en España. Eso para mí fue un shock. A parte, de lo contradictorios que pueden llegar a ser los muy jodíos "comequesos" Pero, la sobredosis de pescaito frito ha debido de obrar el milagro porque ha sido llegar y topar el santo, hasta los veo más guapos (aunque donde se pongan los franceses de Lyon... oh làlà!! Fue momento: babas a la enésima) Bueno, que me desvío.
El caso que días antes de regresar a Suiza, mi amigo Brice, un francés super majo que conocí de rebote en la fiesta de cumpleaños de un compañero de trabajo de uno de mis compañeros de academia de idiomas (se admite releer la frase, arriba en negrita, si se necesita para su comprensión) el caso que hicimos buenas migas y hemos quedado para tomar cervezas y tal por Nyon, pues como iba diciendo, días antes me estaba diciendo si el fin de semana pasado iba a estar ya por estas tierras (muy bonito que estén pendientes de cuando llegas sin decir tú nada) Resumiendo, tras mi tender llegada al aeropuerto, foundue, día de curro, día de sky (si ya he estado en la nieve, aunque mi mayor incursión por el momento ha sido una guerra de bolas de nieve), regreso más dos horas de siesta reparado... tocaba cena y fiesta con mi amigo. Había venido otro amigo suyo que lleva viviendo 11 años en Londres, casualidades de la vida cuando yo me quiero ir el año que vienen a la ciudad del Támesis. El caso que llegué a Nyon nos pusimos hasta arriba de Tartiflette*1 y buen vino tinto español nos fuimos al pub inglés a celebrar el Petite Nouvelle Anne*2 En este caso se trataba de una fiesta Geek*3 O sea, en plan empollón, gafotas sin gusto ni talento social y posiblemente virgen.
No sé si fue el exceso de pescaito en vena pero fue entrar, aposentarnos y tener a parte de un equipo de rugby pendiente de mí (momento: Vanidad ON and Ego so hight in the sky) Me enteré de las reglas del juego, me invitaron a cervezas, me hicieron "bailar", para ellos flamenco, para mí destrucción masiva de la danza española, hasta un padre quiso que cacheara a su hijo que por cierto... Mother of God el "niño" el cuerpo que tenía... pero como una es modosita, no continúe con la exploración.

Además de los deportistas, dos grupos diferentes de chicos y yo en medio sintiéndome como la pelota de rugby: para arriba, atrás... a un corner, al otro.... Esto puede parecer muy heavy, pero no... Fui muy casta y modosa (cejis, cejis) pero bueno, tanto, tanto les guste que hasta alguien se digno acompañarme a la estación de tren. Venga chicas.... lo estáis deseando... ¡Vengaaa! Soltad el: ¡Oishhhhh! ¡Qué cuki! que no podéis reprimir. Sí, fue un momento muy cuki. Y ya no cuento nada más, malas pécoras y cotillas redomados. A ver que se cuece el próximo fin de semana

À tout à l'heure


1.Comida típica francesa a base de patatas, cebolla, nata y queso francés (sin calorías a penas, pero un gusto para el paladar)
2.Se hacen pequeñas celebraciones en las discotecas, bares y pubs para recelebrar el Año Nuevo.
3.Termino americano que se refiere a Nerd... tipo de Friky http://www.nouslesgeeks.fr/2010/09/23/guillaume-pasturel-la-perception-du-gee/

domingo, 8 de enero de 2012

Vacaciones y llegada

Puedo decir que a pesar de ser las vacaciones más cortas que he tenido en toda mi vida, éstas han sido sin duda unas de las mejores. No sólo por el recibimiento que Málaga me ha dado: llena de sol, calidez, bullicio, mis sabores, mis olores... si no por el recuentro con mi gente. Estar tanto tiempo fuera me ha enseñado a apreciar tanto lo que dejo como lo que tomo, a valorar más a los verdaderos amigos que están ahí al pie del cañón sin importar el tiempo que haya pasado sin vernos, aprovechando el más mínimo hueco para quedar y compartir aunque sean unas pocas horas, unas risas, unas cañitas o un simple rato de charla frente a un café. También mi familia. Poco antes de venir, una de mis primas me dijo que no sabes cuánto necesitas y quieres a una persona hasta que ya no está ahí para ti siempre que quieras. Pues bien, eso también lo he aprendido aquí. En estas vacaciones he podido disfrutar plenamente de cada momento con mis padres, hermano, mi tía y mis primos. No ha sido necesario vernos absolutamente todos los días, pero el tiempo que hemos empleado juntos es tiempo de calidad, sincero... Y que decir de mis mascotas... mi perrita Berta estuvo media hora saltando como un muelle y lloriqueando, parecía que iba a darle un infarto de tanta alegría. y mi gato era una "lapa rayada" (es una gato romano) pegada a mí constantemente, excepto por las mañanas que con el sol, prefería pegarse a una de las sillas de la terraza y "cocerse" bajo los rayos de Lorenzo.

Otra cosa que he aprendido aquí en Suiza es a valorar lo rico, rico, riquísimo que está el "pescaito" frito ¡¡Madre mía!! Unos boquerones fritos no me habían sabido más buenos en toda mi vida. En estas tres semanas, casi, de vacaciones he llenado las reservas de fritura de pescado con creces... ¡Ñam!

Pero como todo lo bueno se acaba, tenía que regresar y de hecho lo hice. Me pasé todas las vacaciones pensando: "ojalá pinche la rueda del avión y nos quedemos más tiempo en Málaga" Pero esta gente de Easyjet son muy puntuales los muy jodidos, así que despegué de Málaga a la hora prevista y aterricé una más tarde de lo previsto (ya lo explicaré, todo a su debido tiempo) El viaje fue alucinante, no sólo por el despegue. Nos adentramos volando hacia el mar, pudiendo ver toda mi Málaga con poderío, bañada por el extraño sol veraniego de enero, el mar calmo, la arena dorada de la playa, las casitas blancas de la costa... un regalo para la vista y para el espíritu. Pero bueno, sé que pronto la veré, así que cuando el cuello ya no me daba más para girarme y mirarla la dejé ir tranquilamente, sin añoranza. Málaga es para mí como las madres: puedes verla más o menos, detestarla, amarla, entenderla o no... pero siempre está ahí para acogerte y abrazarte con toda su calidez.

Durante el vuelo fuimos cogiendo altitud hasta tal punto que si mirabas por la ventanilla veías la curvatura de la tierra, el cielo azul celeste resplandeciente, abajo, el suelo suave como terciopelo y más arriba la oscuridad que cala en la atmósfera desde el espacio. Otro regalo de Reyes, ya que me perdí la cabalgata... ¡qué menos! Otro espectáculo que pude disfrutar fue ver ponerse el sol desde el aire, ver el mundo a mis pies partido en dos colores: la luz y la oscuridad. Fue ¡alucinante! ver el cielo literalmente dividido en celeste y azul marino. ¡Otro regalito! Éstas son cosas que sin saber muy bien por qué, te hacen sentir orgullosa del planeta, de la naturaleza y del ser humano, capaz de construir aviones que nos permiten admirar tal maravilla.

A partir de los Pirineos las nubes taparon literal y absolutamente la tierra. Era como una cama impenetrable de algodón. Vi también una tormenta, que debía de estar sobre Toulouse, un embudo arremolinado de nubes que cae hacia tierra... Me sentí como el "Meteosat" Pero sin duda la parte más divertida fue cuando tuvimos que ir perdiendo altitud para aterrizar. Tuvimos que pasar entre una tormenta de lluvia y nubes espesas... Aquello parecía la Caída libre de la feria. De golpe y porrazo, todos tan tranquilos dentro de la aeronave cuando.... ¡Zas! 30 metros de golpe para abajo.... los típicos "¡Uy!" de los que no nos da miedo volar, las caras desencajadas de los que sí y los llantos de los bebés... Las azafatas que pasan pidiendo que todo el mundo se abroche los cinturones debidamente, el capitán advirtiendo que es una zona de turbulencias, una mujer al otro lado del pasillo aferrada a los reposabrazos y las lágrimas saltadas... todo un show. Y como así estuvimos casi 30 minutos bajando a trompicones y con un traqueteo de vértigo, pues precisamente eso es lo que todos sentíamos. Pero después de media hora de: avión abajo, estómago arriba... estómago arriba, avión abajo.... una empieza a sentir que hay algo más a parte del avión que traquetea dentro de una. A resumidas cuentas "turbulencias everywhere" dentro y fuera. Si tardamos más en aterrizar hubiera tenido que hacer debido uso de las siempre presentes bolsitas para vómitos. Yo la vi y me dije: "Delia... centra tu atención en otra cosa porque más te vale no vomitar porque como lo hagas... eso boza" Afortunadamente no pasó nada y en cuanto salimos del avión di buena cuenta de un bocata de jamón con aceitito que mi papi me preparó antes de salir.

La bienvenida fue genial. Los niños estaban esperando con su madre y cuando me vieron salieron corriendo hacia mí. Al final terminamos los tres tirados por los suelos del aeropuerto abrazados... Momento mega hiper tender. Ya en la casa disfrutamos de una deliciosa Fundue de queso que me supo a truchas... ¡Deliciosa! y tras eso... a dormir y descansar que al día siguiente tocaban diana temprano.

À tout à l'heure