domingo, 22 de enero de 2012

Fin de semana cultural en Lausanne


Bueno... como el cuerpo pide de todo, hace dos fines de semana tocó relax, reposo, calma y... ¿por qué no? nutrir el cerebro de contenidos que vayan más allá de las series, películas.... ¡Espera un momento!... no, eso de ver las series y demás forma parte del pasado, los capullos del FBI han cerrado Megaupload. El caso es... todos los que me conocéis y habéis hablado conmigo, que para mí Suiza era como mínimo la residencia oficial del demonio: no me gustaba la gente, no me gustaba la comida, el clima, el idioma, el precio de los productos, las ciudades-pueblo... Pero chicos, ha sido regresar con las reservas de pescaito a tope y... ¡leches! hasta veo suizos guapos.

El caso es que no había mucho plan en lo que a fiesta se refiere y tras la Fête Geek de la semana anterior, mi pobre cuerpo juvenil necesitaba un respiro. ¿Qué se puede hacer en Suiza? Planes que van del modo taciturno-aburrido a tranquilos los que quieras. Entre la opción de tranquilos estaba visitar algún museo, porque para taciturno me paseo por el borde de lago, ya comienzo a ponerle nombre a las piedras. ¡Uis! Me siento como el Abate Faria del Conde de Montecristo*1 poniéndole nombre a las piedras. Da repelús... porque a tengo una mente prodigiosa o quiere decir que mi vida social es una soberana mier....

La cuestión en ciernes era elegir la opción cultura... o sea, el museo. Pero... ¿cuál? Por fortuna si algo no falta en Suiza es la oferta cultura de tipo teatro, exposiciones, salones, jornadas de puertas abiertas... Pequeños inconvenientes: nunca están en Morges, pero si en Lausanne, Ginebra o Fribourg (que en tren me pilla relativamente cerca) Me decanté por visitar el Museo Cantonal de Bellas Artes de Lausanne*2 Me emperifollo (sé que suena mal pero para mentes mal pensadas-de la LOGSE o sistemas educativos posteriores viene a ser: arreglarse, maquearse...) y pongo mis piececillos en polvorosa dirección a la bella ciudad de Lausanne. Llego, un frío del caraj... correspondientes velillas que asoman a la nariz, labios cortadas y el consiguiente: "¡Coño que frío hace en este pueblo!" Pero mis ansias de saber eran más... eso y que no iba a tirar el dinero del tren que la voie7 no me cogía aún, una gana... pero l'argent*3 nunca está de más mirar por él.

Primera aventura del día: coger el metro en Lausanne. No es que sea como el de Nueva York, Londres o Madrid... pero está bien (para grandes redes ferroviarias ya tienen la CFF*4) Son dos líneas, la M1 de Este a Oeste y la M2 de Norte a Sur. La verdad que usar el metro ofrece no sólo ahorro de tiempo, si no de energías pues, Lausanne es una ciudad que está construida sobre colinas, es la versión directa de San Francisco en Europa. Todo cuestas, escaleras empinadas, desniveles... eso sí, con mucho encanto... pero cuando llevas tacones, se queda encantada su put.... ¡Oish! Cuánto taco viene a mi boca en este post... ¿Debería lavarme la boca con jabón?


El Museo es un edificio enorme de las características de una palacio (creo que lo es) presidido por una enorme plaza a la que pienso ir esta primavera o verano con un buen libro para poner a leer. Ésta es la parte trasera lo que se ve desde la Catedral.

Al entrar hallas a mano izquierda la billetteria, donde como todos habréis adivinado se compran las entradas. Ese día tuve suerte y estaban promocionando no sé qué cosa y por sólo 10CHF pude ver todas las exposiciones, salvo la exposición pictórica permanente. Disfrute de un paseo por la historia desde las Edades de Bronce, Hierro... el avance las tribus asentadas entorno a los lagos, hasta la llegada del cristianismo tras los romanos. Vi la exposición de fósiles y esqueletos de dinosaurios. Tiene una cabeza de T-Rex impresionante, cuernos de Mamuts, otro dinosaurio enorme cuyo nombre he olvidado, plantas fosilizadas, caracolas del Pleitoceno y el Jurásico... ¡Alucinante! También vi la exposición de animales disecados. Pero más que maravillarme ahí lo que consiguieron fue motivar la siguiente pregunta: ¿Quién es el capullo que no encuentra mayor divertimento que ir a cazar un ejemplar de otra especia sano para convertirlo en un cojín con forma de gato gigante? Casi todos eran piezas cazadas a principios del S.XX Había una pareja de Guepardos que... sinceramente me entraron ganas de llorar, cazados ambos en 1931, probablemente por algún ricachón aburrido que prefería disparar a ser vivos y con utilidad que a sus bolillas, cuya utilidad pongo en entredicho. Por suerte, ese patán está muerto y nadie lo ha disecado. También vi un Arce y me quedé alucinada, esa es la palabra de lo gigantescos que son. Si pensáis que es una versión algo más desarrollada de Bambi os equivocáis de cabo a rabo. Es... ¡GIGANTE! Más grande que un búfalo americano. Mide más de dos metros de alto y por lo menos tres, si no un poco más de largo. Increíble. Las girafas, son largas pero no tan inmensas como parecen en los documentales... Y un tigre. Otra vez ganas de llorar. Deberíais haber escuchado mi conversación interna con los felinos, no la reproduzco que si no os pensaréis que soy la loca de los gatos de Los Simpson's.

Cuando salí era las cinco de la tarde, aún había luz y había visto desde las ventanas del museo una iglesia gótica... Iglesia... si, la Catedral de Lausanne. Una obra de arte gótico que me dejo con la boca abierta.

Eso sí, sigo pensando que los protestantes pierden una cantidad de valor artístico porque dentro salvo las vidrieras, a las que una buena manita de agua caliente y jabón no les vendría mal, y el órgano, otro maravilla... no había nada más. Todo muy gótico, impresionante, magnífico, altísimo... pero la falta de obras pictóricas y demás... Será que estoy acostumbrada a las barrocas iglesias de mi Andalucía.


A resumidas cuentas me estuve paseando por esa zona, fotografiando el horizonte de Lausanne a la puesta del sol mientras mis manos se helaban. Descubrí varias cafeterías y patisserie muy al estilo francés, super cukis... y una tienda de dulces del que me traje una de las cosas más ricas que me he comido en mi vida. Era un nido de hojaldre relleno de crema de nata azucarada que.... sólo sé que tengo que regresar a por más. Una crêperie anotada en mis visitas pendientes, una tienda de sushi, nada caro la verdad. Y después toda la zona de tiendas desde Flon hasta la estación de tren.

A las 18:30 con mi café de Starbuck's en mano y mi ebook esperaba a que llegase mi tren para traerme de regreso a casa.

À tout 'a l'heure


*1 El Abate Faria compañero de penurias del afortunado Conde de Montecristo llevaba tantos años encerrado en su celda sin contacto con otro ser humano, salvo el gañán que le llevaba el rancho, que no sólo contó todas y cada unas de las piedras de su celda, si no que les puso nombre. Para quien no haya leído esa magnífica obra de Alejandro Dumas, la recomiendo mucho. Es larga, gigante, pero si somos capaces de leernos los Pilares de la Tierra. A parte, buena lectura nunca es demasiada.
*2 Musée Cantonale des Beaux Arts de Lausanne (es que si no pongo un gabachismo reviento)
*3 Dinero
*4 CFF es la compañía ferroviaría suiza... como nuestra RENFE

lunes, 9 de enero de 2012

Ars Amandi

Como dice el refranero popular: No hay mal que cien años dure. Y evidentemente, conmigo así ha sido.

Los primeros cuatro meses aquí puedo calificarlos de duros... muy duros. Asfixiantes si cabe. No importa que la familia sea un cielo que ya haya conseguido domar a las pequeñas tres fieras rubias que cuido o que me sepa defender con el idioma. Sinceramente hasta que no lo experimentas, no sabes lo duro que puede llegar a ser estar en un país extranjero. A mí lo que más me ha chocado de Suiza ha sido lo herméticas que son las personas... Es una misión imposible, a lo Tom Cruise, integrarse con los suizos, suizos... Ya me veía descolgándome desde lo alto de algún pico de estas montañas en plan Ethan Hunt, o corriendo desnuda por el borde del lago para despertar simpatías... pero entre mi escasa, por no decir nula experiencia de montañísmo y escalada, más el frío-baruji que corre por estas tierras, ni me decidí por lo del pico ni por la carrera nudista. Total... dudo que hubiera causado el efecto deseado.

Bromas a parte, lo más duro no es en sí el cambio de idioma, ambiente, horarios o incluso la plastosa rutina (un día es en un 99% un calco del anterior) sino el no poder salir, el que no tengan la misma costumbre de verse entre semana, de sociabilizar como lo hacemos en España. Eso para mí fue un shock. A parte, de lo contradictorios que pueden llegar a ser los muy jodíos "comequesos" Pero, la sobredosis de pescaito frito ha debido de obrar el milagro porque ha sido llegar y topar el santo, hasta los veo más guapos (aunque donde se pongan los franceses de Lyon... oh làlà!! Fue momento: babas a la enésima) Bueno, que me desvío.
El caso que días antes de regresar a Suiza, mi amigo Brice, un francés super majo que conocí de rebote en la fiesta de cumpleaños de un compañero de trabajo de uno de mis compañeros de academia de idiomas (se admite releer la frase, arriba en negrita, si se necesita para su comprensión) el caso que hicimos buenas migas y hemos quedado para tomar cervezas y tal por Nyon, pues como iba diciendo, días antes me estaba diciendo si el fin de semana pasado iba a estar ya por estas tierras (muy bonito que estén pendientes de cuando llegas sin decir tú nada) Resumiendo, tras mi tender llegada al aeropuerto, foundue, día de curro, día de sky (si ya he estado en la nieve, aunque mi mayor incursión por el momento ha sido una guerra de bolas de nieve), regreso más dos horas de siesta reparado... tocaba cena y fiesta con mi amigo. Había venido otro amigo suyo que lleva viviendo 11 años en Londres, casualidades de la vida cuando yo me quiero ir el año que vienen a la ciudad del Támesis. El caso que llegué a Nyon nos pusimos hasta arriba de Tartiflette*1 y buen vino tinto español nos fuimos al pub inglés a celebrar el Petite Nouvelle Anne*2 En este caso se trataba de una fiesta Geek*3 O sea, en plan empollón, gafotas sin gusto ni talento social y posiblemente virgen.
No sé si fue el exceso de pescaito en vena pero fue entrar, aposentarnos y tener a parte de un equipo de rugby pendiente de mí (momento: Vanidad ON and Ego so hight in the sky) Me enteré de las reglas del juego, me invitaron a cervezas, me hicieron "bailar", para ellos flamenco, para mí destrucción masiva de la danza española, hasta un padre quiso que cacheara a su hijo que por cierto... Mother of God el "niño" el cuerpo que tenía... pero como una es modosita, no continúe con la exploración.

Además de los deportistas, dos grupos diferentes de chicos y yo en medio sintiéndome como la pelota de rugby: para arriba, atrás... a un corner, al otro.... Esto puede parecer muy heavy, pero no... Fui muy casta y modosa (cejis, cejis) pero bueno, tanto, tanto les guste que hasta alguien se digno acompañarme a la estación de tren. Venga chicas.... lo estáis deseando... ¡Vengaaa! Soltad el: ¡Oishhhhh! ¡Qué cuki! que no podéis reprimir. Sí, fue un momento muy cuki. Y ya no cuento nada más, malas pécoras y cotillas redomados. A ver que se cuece el próximo fin de semana

À tout à l'heure


1.Comida típica francesa a base de patatas, cebolla, nata y queso francés (sin calorías a penas, pero un gusto para el paladar)
2.Se hacen pequeñas celebraciones en las discotecas, bares y pubs para recelebrar el Año Nuevo.
3.Termino americano que se refiere a Nerd... tipo de Friky http://www.nouslesgeeks.fr/2010/09/23/guillaume-pasturel-la-perception-du-gee/

domingo, 8 de enero de 2012

Vacaciones y llegada

Puedo decir que a pesar de ser las vacaciones más cortas que he tenido en toda mi vida, éstas han sido sin duda unas de las mejores. No sólo por el recibimiento que Málaga me ha dado: llena de sol, calidez, bullicio, mis sabores, mis olores... si no por el recuentro con mi gente. Estar tanto tiempo fuera me ha enseñado a apreciar tanto lo que dejo como lo que tomo, a valorar más a los verdaderos amigos que están ahí al pie del cañón sin importar el tiempo que haya pasado sin vernos, aprovechando el más mínimo hueco para quedar y compartir aunque sean unas pocas horas, unas risas, unas cañitas o un simple rato de charla frente a un café. También mi familia. Poco antes de venir, una de mis primas me dijo que no sabes cuánto necesitas y quieres a una persona hasta que ya no está ahí para ti siempre que quieras. Pues bien, eso también lo he aprendido aquí. En estas vacaciones he podido disfrutar plenamente de cada momento con mis padres, hermano, mi tía y mis primos. No ha sido necesario vernos absolutamente todos los días, pero el tiempo que hemos empleado juntos es tiempo de calidad, sincero... Y que decir de mis mascotas... mi perrita Berta estuvo media hora saltando como un muelle y lloriqueando, parecía que iba a darle un infarto de tanta alegría. y mi gato era una "lapa rayada" (es una gato romano) pegada a mí constantemente, excepto por las mañanas que con el sol, prefería pegarse a una de las sillas de la terraza y "cocerse" bajo los rayos de Lorenzo.

Otra cosa que he aprendido aquí en Suiza es a valorar lo rico, rico, riquísimo que está el "pescaito" frito ¡¡Madre mía!! Unos boquerones fritos no me habían sabido más buenos en toda mi vida. En estas tres semanas, casi, de vacaciones he llenado las reservas de fritura de pescado con creces... ¡Ñam!

Pero como todo lo bueno se acaba, tenía que regresar y de hecho lo hice. Me pasé todas las vacaciones pensando: "ojalá pinche la rueda del avión y nos quedemos más tiempo en Málaga" Pero esta gente de Easyjet son muy puntuales los muy jodidos, así que despegué de Málaga a la hora prevista y aterricé una más tarde de lo previsto (ya lo explicaré, todo a su debido tiempo) El viaje fue alucinante, no sólo por el despegue. Nos adentramos volando hacia el mar, pudiendo ver toda mi Málaga con poderío, bañada por el extraño sol veraniego de enero, el mar calmo, la arena dorada de la playa, las casitas blancas de la costa... un regalo para la vista y para el espíritu. Pero bueno, sé que pronto la veré, así que cuando el cuello ya no me daba más para girarme y mirarla la dejé ir tranquilamente, sin añoranza. Málaga es para mí como las madres: puedes verla más o menos, detestarla, amarla, entenderla o no... pero siempre está ahí para acogerte y abrazarte con toda su calidez.

Durante el vuelo fuimos cogiendo altitud hasta tal punto que si mirabas por la ventanilla veías la curvatura de la tierra, el cielo azul celeste resplandeciente, abajo, el suelo suave como terciopelo y más arriba la oscuridad que cala en la atmósfera desde el espacio. Otro regalo de Reyes, ya que me perdí la cabalgata... ¡qué menos! Otro espectáculo que pude disfrutar fue ver ponerse el sol desde el aire, ver el mundo a mis pies partido en dos colores: la luz y la oscuridad. Fue ¡alucinante! ver el cielo literalmente dividido en celeste y azul marino. ¡Otro regalito! Éstas son cosas que sin saber muy bien por qué, te hacen sentir orgullosa del planeta, de la naturaleza y del ser humano, capaz de construir aviones que nos permiten admirar tal maravilla.

A partir de los Pirineos las nubes taparon literal y absolutamente la tierra. Era como una cama impenetrable de algodón. Vi también una tormenta, que debía de estar sobre Toulouse, un embudo arremolinado de nubes que cae hacia tierra... Me sentí como el "Meteosat" Pero sin duda la parte más divertida fue cuando tuvimos que ir perdiendo altitud para aterrizar. Tuvimos que pasar entre una tormenta de lluvia y nubes espesas... Aquello parecía la Caída libre de la feria. De golpe y porrazo, todos tan tranquilos dentro de la aeronave cuando.... ¡Zas! 30 metros de golpe para abajo.... los típicos "¡Uy!" de los que no nos da miedo volar, las caras desencajadas de los que sí y los llantos de los bebés... Las azafatas que pasan pidiendo que todo el mundo se abroche los cinturones debidamente, el capitán advirtiendo que es una zona de turbulencias, una mujer al otro lado del pasillo aferrada a los reposabrazos y las lágrimas saltadas... todo un show. Y como así estuvimos casi 30 minutos bajando a trompicones y con un traqueteo de vértigo, pues precisamente eso es lo que todos sentíamos. Pero después de media hora de: avión abajo, estómago arriba... estómago arriba, avión abajo.... una empieza a sentir que hay algo más a parte del avión que traquetea dentro de una. A resumidas cuentas "turbulencias everywhere" dentro y fuera. Si tardamos más en aterrizar hubiera tenido que hacer debido uso de las siempre presentes bolsitas para vómitos. Yo la vi y me dije: "Delia... centra tu atención en otra cosa porque más te vale no vomitar porque como lo hagas... eso boza" Afortunadamente no pasó nada y en cuanto salimos del avión di buena cuenta de un bocata de jamón con aceitito que mi papi me preparó antes de salir.

La bienvenida fue genial. Los niños estaban esperando con su madre y cuando me vieron salieron corriendo hacia mí. Al final terminamos los tres tirados por los suelos del aeropuerto abrazados... Momento mega hiper tender. Ya en la casa disfrutamos de una deliciosa Fundue de queso que me supo a truchas... ¡Deliciosa! y tras eso... a dormir y descansar que al día siguiente tocaban diana temprano.

À tout à l'heure

domingo, 30 de octubre de 2011

La desalpes

El nombre lleva por algún lugar un acento, pero sinceramente no tengo ni idea donde va. La desalpes es una cosa muy curiosa, típica y turística de Suiza. Me enteré de rebote en la clase de francés, cuando una de mis compañeras, una alemana (el estereotipo de alemana: seca, seria, con la misma gracia que Darth Vader con retortijones) pero bueno, no tengo que besarla... así que, cada cual que sea como quiera. Sonia, que así se llama mencionó que iba a ir a St. Cergues, un pueblecito muy mono, típico suizo: casitas, cuestas, campo, verde y montañas... recordad la serie de Heidi y no hará falta que me tenga que explayar mucho en la descripción. El caso que yo pensaba ir solita sola, pero al preguntarle a la mamá de los niños cómo podía llegar se ofrecieron a venir conmigo. ¡Guay! El camino en coche fue como una hora, pero pasamos de estar bajo un cielo nublado (junto al lago) a un precioso cielo soleado y el sol despejado. Así es Suiza... cuanto más alto vas más sol hace, aunque también frío y presión. Es asombroso como notas la presión... Después de un viaje en que subas y bajes de presión terminas fatal. Pero este no es el tema. Llegamos al pueblo y había colocado todo un dispositivo de policías para orientar a las personas hacia los aparcamientos dispuestos en eeeeeenormes explanadas de hierba, cosa que aquí no falta. Aquello estaba lleno de turistas de todas las nacionalidades y todos caminábamos hacia el centro del pueblo. La calle principal estaba atestada de gente pero te podías mover, todo lleno de puestos de lo más variopintos: dulces típicos, patatas fritas, zapatos, cencerros... Y ahí es a donde me fui de lleno. Vendían auténticos cencerros de vacas, enormes y la gente los compra para adornas las casas o emplearlos como timbre, una cosa muy original. Pero claro, a dónde voy yo con un cencerro del tamaño de un perro mediano a parte de... no pienso pagar entre 300 y 500 francos... a parte que no los tenía. Pero vendían también mini cencerritos, más cukis... y ese compré. Un auténtico recuerdo made in Suiza. Estuvimos esperando un rato comiendo patatas fritas y bebiendo vinito blanco hasta que escuchamos un ruido que se acerca y... por allí venían las vacas. Todas ellas muy bonitas, bastante ordenaditas, aunque casi se llevan por delante los puestos y muy, muy guapas todas ellas con sus flores y sus grandes cencerros sonando. Las vimos pasar en dos ocasiones que dieron la vuelta al pueblo. Un poco más tarde pasaron mujeres y niños con pequeños carros adornados también con flores, banderas suizas y lecheras tirados por mastines, una raza que aquí se ve mucho, más que los San Bernardos que los únicos que he visto han sido en fotos. Y por último desfilaron los vaquerizos, con sus ropas típicas con chaquetillas de terciopelo azul o negras y bordados en rojo. Caminaban portando cencerros enorme y a cada paso lo hacía resonar. Una cosa muy llamativa es que tienen en el culete como una especie de aguijón de avispa. Lo enganchan con unas cuerdas a los muslos, pero cuando se agachan les sirve de asiento. Es para poder levantarse rápido y no perder el asiento cuando están en las montañas con las vacas.

Después de eso, regresamos a casita y Léon fue todo el camino hasta el coche tocando el dichoso cencerro... error mío que se lo presté.

À tout à l'heure

lunes, 26 de septiembre de 2011

Lyon Part-Dieu 24/25-09-2011

Estaba deseando escribir esta entrada. Deseando que llegase el momento de la siesta de los niños y, al fin libre. Hace aproximadamente una semana estaba chateando con mi amiga Irene que también está de au pair, pero en Lyon de la France. Llega el fin de semana, sin planes... dado que en la ciudad-dormitorio donde vivo no hay mucho que hacer si no eres un padre o madre de familia con dos o tres críos. Es a resumidas cuentas un pequeña ciudad entre dos grandes: Ginebra y Lausanne, y si quieres movimiento, marcha y vida te tienes que ir a esas dos o, te conformas con los hermosos paseos por el lago. Bueno, pues hablando, hablando con mi amiga me suelta de buenas a primeras: "este fin de semana estoy sola, ¡vente!" Y yo sin pensármelo un nano-segundo digo: "Vale" Dicho y hecho. A pesar de tener problemas con la compra a través de Internet el mismo viernes ya tenía los billetes de tren. El trayecto era de Morges a Ginebra (30'') y de Ginebra a Lyon (3 horas haciendo varias paradas en cuatro estaciones) Preparo una maleta como si me fuera a ir a la guerra: dos mudas de ropa, ropa de marcha otras dos (por si el conjunto al final no me convence) maquillaje, zapatos, galletas de chocolate, colonial, pendientes, pulseras.... de todo un poco. Me siento como la señorita Pepis con su maletín. Me cercioro unas ochocientas veces que los billetes de tren están dentro y a las 21:00 horas "al sobre" que mi amigo el despertador está sonando a las 5:00 am.

5:00 am, primer pensamiento: "Ya iré a Lyon otra vez, yo me quedo durmiendo..." Segundo pensamiento: "¡Levanta el culo gordo que te vas a Francia a salir de marcha!" Pego un bote legendario, me visto, hago la cama y salgo como un pequeño ratón andando de puntillas para hacerme un desayuno. Una vez todo listo, salgo de la casa sintiéndome el ser más horrible del mundo porque en mitad del silencio el más mínimo ruido resulta igual de atronador que un blitz.

Al fin fuera.... el fresco de la mañana, que no da señales de aparecer de momento me saluda y me despeja. Me subo hasta arriba el cuello de la chaqueta y hago un recorrido un poco más largo hasta la estación, aunque más luminoso. Ya se empiezan a ver las primeras luces en las casas, gente absurdamente madrugadora. Llego a la estación y me siento. Me arrebujo en mi cazadora y escondo las manos en los bolsillos y la nariz dentro del cuello de la misma. Hace fresco, pero es agradable, simplemente lo hago para no comenzar a tiritar al estar a pie quieto. Poco a poco la estación se va llenando de algunos soldados. Ninguno merece la pena y, es demasiado temprano como para que mi Mode Obrero se ponga On al ver algún tío guapo. Llega el tren, puntuales con exactitud suiza a las 6:32 am. Nos ponemos en marcha y doy algunas cabezadas, pero no me permito dormirme se me vaya a pasar la estación de Ginebra y encima pierda el tren hacia Lyon. Al fin llegamos... la ciudad es preciosa, al menos lo poco que vi desde la estación. En ninguno de los paneles aparece información relativa a los trenes que parten hacia Francia por lo que, ya después de casi dos meses no me da ni miedo ni vergüenza lanzarme al agua y hablar en francés. Me acerco al primer mostrador de información y hago la pregunta perfectamente y me entero igual de bien... ^^ momentos en los que una se siente un poquito más orgullosa de sí misma. Para coger el tren a Lyon tengo que salir de la estación, caminar un poco à côte de ella y volver a entrar por otra puerta que me lleva a los andenes internacionales. Entro paso la aduana, es un pasillo estrecho que se ensancha un poco y donde te esperan varios policías de la estación. No tienes que pasar la maleta por ningún escáner ni nada, pero si hay dos perros. Te miran, te dan los buenos días y sales al exterior a los andenes. El tren ya estaba allí por lo que en lugar de esperar fuera, entro y me siento en el primer sitio que encuentro, este viaje no está numerado. Enfrente tengo a un hombre, es agradable, hablamos un poco pero en cuanto el tren se pone en marcha pienso: "tres horas por delante, sin lectura, sin comida.... A dormir se ha dicho" Me desperté en varias ocasiones, coincidiendo con las detenciones del tren a las otras estaciones. Pero no fue hasta diez minutos antes de llegar a Lyon que me espabilé verdaderamente. No sabría explicar en qué exactamente se notaba, pero era evidente que ya no estaba en Suiza. Quizá los tejados de los edificios menos bajos, no sé... El caso es que la sensación de seguridad, de hogar... que me invadió fue una de las cosas más placenteras de este fin de semana. Nadie me va a mirar raro por saber que soy española, o al ver mi carnet de conducir con la bandera de la UE me miran despectivamente. Aquí, en Francia, soy una "extranjera" sí, pero soy una ciudadana europea de pleno derecho.

Salgo de la estación y llamo a mi amiga... se produce el ansiad encuentro con momentazo de abrazo al más puro estilo "reencuentro sorpresa-sorpresa" Mi fijo que varias personas sonríen al vernos... ¡qué cuki todo! Y es entonces cuando vamos caminando por Lyon y empiezo a verla poco a poco que va surgiendo esa reacción química que parte del hipotálamo y provoca el tan maravilloso sentimiento del enamoramiento. Sí, es posible enamorarse de una ciudad porque yo lo he hecho. Es tan luminosa, tan grande, tan preciosa, delicada, limpia... que... no sabría decir qué es lo que más me gustó. Es moderna y antigua a la vez, bulliciosa y tranquila, interracial, cosmopolita, clásica... muy decimonónica. Con enorme avenidas guardadas por árboles a lado y lado y coronadas con monumentos majestuosos. Todo esto me fue pareciendo en el trayecto a casa, en el que por cierto nos... "despistamos" un poco. Pero al final llegamos sanas y salvas.

El piso y las vistas son nada más que.... MOTHER OF GOD. Desde el salón ves todo el casco antiguo de Lyon, el río Ródano o Rhône en francés, los puentes que lo cruzan cargados de viandantes, las edificaciones apiñadas pero a la vez ordenados, el techo de la ópera y la gran catedral coronando el monte y presidiendo toda la ciudad. ¡Ah! y una reproducción de la Torre Eifel que es una antena de televisión y cuya altura más la del monte es la longitud de la torre que descansa en París. Al menos eso me contó Irene.

Después de un desayuno al más puro estilo mediterráneo: tostadas, café y zumo... emprendemos la marcha. La verdad, es que me sentí como si caminase por Málaga, por la Alameda Principal o entrando en Larios, caminase por las calles con sus tiendas en pleno centro... Es tan parecida en muchas cosas que a veces me sorprendía. Paseamos, vimos tiendas de ropa, zapatos, librerías, frikadas, panaderías, cómics, enseres del hogar... yo me quedé con el lugar de una librería para comprar libros en español y volver a ver al tremendísimo del dependiente. ¿Qué? Una también tiene ojos en la cara. Después compramos el croissant más delicioso que jamás haya probado en los días de mi vida. Pensé que eso sería un topicazo, pero el tópico me ha dado en toda la boca, nunca mejor dicho. Ligeramente crujiente por fuera, pero tierno, muy tierno, suave y un toque a mantequilla que... Comprar muchos, muchísimos croissants en esa panadería es algo que haré cuando regrese dentro de dos semanas. También compramos "la barra de pan" Eso era un manjar que llegó a medias a casa y aún abierta y comenzada, a la mañana siguiente estaba exactamente igual de esponjosa. Ese debe de ser el pan que comen en el cielo porque nada más que de recordarlo se me hace la boca agua. Y por último unas galletitas muy deliciosas con algo parecido a Lacasitos encima. Tras una larga charla al borde del río y siendo casi "arrasadas" por una ola levantada por uno de los barquitos turistícos que pasan por él, regresamos a casa. Nos sentamos frente a la ventana del salón con las espléndidas vistas, cerveza y Pringles en mano y nos tiramos cuatro horas hablando sin parar de mil cosas. Cuando queremos darnos cuenta son ya casi las ocho. Cena, ducha, arreglarse y a la calle.

En contra de lo que muchos pensábamos: ¡no! España no es el único país con juerga nocturna. Hay terrazas como las de España a rebosar de gente cenando, bebiendo y compartiendo el rato con viejos o nuevos amigos. Nosotras nos damos un paseito hasta un pub al más puro estilo irlandés que vimos por la mañana y nos tomamos una pinta de cerveza. Un deliciosa pinta, una maravillosa, exquesita y celestial pinta... Es que desde que vine de Málaga no me había tomado una pinta de buena cerveza, la que pedimos era australiana, pero ahora no recuerdo el nombre. Después, entre risas y tras ser buitreadas por un inglés viejo y alcoholizado, regresamos a la plaza de la ópera y.... ¡Venga! ¿Por qué no? Otra cerveza. Allí, fui acosada visualmente por un hombre, por no llamarlo cerdo deprabado que estaba literalmente babeando por mis pechos... Está visto que, salidos hay en todas partes. Y una vez bebidas las cervezas, puestas en marcha... ¿A dónde vamos? Ninguna de las dos estábamos dispuestas a regresar a casa a las doce de la noche después de estar vestidas para matar. Entonces, apareció un ángel. Un ángel de pelo rubio, todo vestido de blanco. Se acercó por detrás mía, llamó mi atención y empezó a decir algo en francés. Después de llevar tooooooooodo el santo día hablando a full en español, me salta el chip. ¿Qué? Mother of god... ¡Rápido Delia! Dépêche-toi! Delia... coloca el mode: francés-francés ya.
Cuando mis neuronas se reasientan... descubrimos que lo que quiere saber es cómo se dice sóbrio en francés... sinceramente si mis neuronas hubieran funcionado mejor en francés hubiera caído en la cuenta pues es una palabra muy, muy parecida al español, pero en ese momento, ni papa. Le digo que ni idea y sinceramente no recuerdo cómo le dije que si hablaba otro idioma y me dice: inglés... en ese momento sonaron un coro de ángeles con trompetas, arpas y cualquier otro instrumento que suene celestial en mi mente. Y le dije: al fin una lengua conocida, ¡qué alegría! Tras intercambiar bromas, hablar en inglés y las respectivas presentaciones. Somos oficialmente conocidos, tenemos nuestros correspondientes "facebooks", nuevos nombres en francés, a partir de ahora llamarme Juliette y planazo para la noche. Por cierto, venía acompañado de otras dos muchachas: una australiana y una sueca.

Lo que pasó a continuación es que dimos tres vueltas sucesivas a las correspondientes manzanas que hay al rededor de la plaza para termina casi en el mismo punto que, era donde estaba la discoteca. Con los pies diciéndonos que nos detuviésemos en cualquier sitio, llegamos a la puerta. Soy colocada como parapeto femenino (como siempre hacen todos... ventajas de estar bien... formada) ante las excusa de que yo tengo boobs. Cosas de ser mujer. Nos piden los carnets, entramos y tenemos que dejar obligatoriamente los bolsos en el guardaropa. Tras eso entramos y.... baile, baile, baile, baile y más risas. Hasta nos sorprendieron con el último hit del verano, la Macarena.

Hasta las cuatro estuvimos con ellos, pero ya cansadas y que ellos iban a otro local que había que pagar... era mejor regresar. Ya de vuelta tuve que quitarme las botas y cruzas el puente desde la ópera descalza. Sorprendentemente mis medias ni se rompieron ni se mancharon. ¡Qué limpios son estos franceses! En eso el suelo de Lyon no es como el malagueño, que más de una vez he hecho un trayecto descalza y no veas cómo acabaron las medias.

Nous arrivons a la maison... nos quitamos la ropa, pipi, pijama, los dientes y.... ZZZZZzzzzZZZZZzzz

A la mañana siguiente: desayuno, más charla, por si nos quedaba algo que contar, nos arreglamos, preparamos la comida, tuppers y a la calle. Comimos al lado del río. Ya de regreso a la casa, descubrimos otros sitios hermosos de la ciudad: un puesto dominical de libros de segunda mano, un edificio cuya fachada es como una estantería gigante, otro con panteras caminando sobre los alféizares... un parque de juegos para los niños chulísimo, barcos-restaurante y.... por desgracia la hora de irme se acerca. Cogemos el bus y nos damos una vuelta por el centro comercial que hay al lado de la estación: Part Dieu se llama también. Tiendas, tiendas... ¡ups! un Newyorker... y otras conocidas y.... el omnipresente McDonald's, pero en Lyon tiene los mismo precios que en España no como en Suiza, que por diez francos más comes un menú en cualquier bar-restaurante. Entramos y... McCafé. Lo sorprendente es que te ponen mil millones de tipos diferentes de café: con caramelo, cacao, frutas, leche así o asá.... dulces de mil tipos o más y... todo hay que decirlo un dependiente que estaba la mar de bien. Era la versión morena y algo más atlética del empollón de la película de los 90 Star Gate* Tras deleitarnos con un McCafé frappé y no sé qué pidió Irene nos vamos. Llego a la estación, sin información del andén del que parte el tren... punto de información, la cola no avanza. Panel de información: nada.... Punto de información diferente... tampoco se mueve y... ocho minutos antes ponen el andén. Nos metemos en el ascensor que nos lleva arriba y, indicando lo contrario no nos lleva a los andenes... ¡Mecagontoloquesemenea! Ya había entrado hacía rato en el modus Kratos on* nerviosa porque se me fuera a escapar el tren y entonces sí que la tendría buena: atrapada en Francia sin llegar a tiempo al trabajo. En el fondo tampoco hubiera sido tan malo.

Despedida en el andén: besos, abrazos, "te echare de menos", "volveré pronto", "a ver cuando voy yo".... y Kinder Bueno en la maleta más dos libros de Juego de Tronos en español. Me siento pletórica, exultante... Viaje en TGV me siento una divinity absoluta y arribo a Ginebra. De nuevo en "casa" aunque no la siento como tal y más tal la excelente experiencia en Francia.

Llego a casa en Morges. Saco el pijama, vaso de leche calentita, dientes y.... a la cama.

À bientôt


* Os metéis en la wikipedia y buscáis quien es... que con tanta anotación a pie de página os mal acostumbro a que la información os caiga llovida como el maná.
*Ya lo puse en otra entrada, pero... personaje del videojuego God of War I,II y III